Reseña de Hierro

Jorge Coira

¿Qué harías por dejar la isla?

02/09/2019
Serie Hierro
FICHA TÉCNICA

 

Título: Hierro

Año: 2019

Duración: 48 min (episodio)

Dirección: Jorge Coira

Guion: Alfonso Blanco, Pepe Coira, Coral Cruz, Araceli Gonda

Reparto: Candela Peña,  Darío Grandinetti,  Juan Carlos Vellido,  Yaiza Guimare, Maykol Hernández,  Mónica López,  Cristóbal Pinto,  Luifer Rodríguez, Antonia San Juan,  Mari Carmen Sánchez,  Kimberley Tell

Productora: Movistar+ / Portocabo / Atlantique Productions / Arte France. 

José Javier Navarrete - blog de novela negra

JOSÉ JAVIER NAVARRETE

Hierro es una serie de ocho episodios producida por Movistar+. Se trata de un thriller de corte clásico sin grandes pretensiones. Sin duda, una de las bazas a su favor es el entorno en el que se desarrolla la trama. Un sitio aislado siempre da mucho juego en este tipo de género, y qué hay más aislado que una pequeña isla.

La certidumbre de que el culpable es alguien cercano carga aún más una atmósfera de por sí opresiva, aunque el clima resta puntos a esa sensación. Me viene a la cabeza la primera temporada de Atrapados; el clima infernal de la población de Islandia en la que se desarrolla hace del aislamiento un ejercicio claustrofóbico.

Este punto negativo se convierte en positivo si tenemos en cuenta la fecha del estreno de Hierro, el siete de junio. Vacaciones en ciernes, playa y tumbona. Con este mensaje subliminar en el cerebro es más fácil disfrutar de una serie en la que los exteriores son un canto a tan ansiado descanso.

¡Todos al tren!

La serie arranca con una escena en la que Antonio Díaz (Darío Grandinetti) hace su presentación como el malo oficial. Qué mejor lugar que el principio para una declaración de intenciones. Pero Díaz también es padre y ese día se casa su única hija, Pilar. Debería ser unos de los días más felices de la novia, pero no ha empezado bien. Su padre ha llegado tarde y encima le mancha el vestido de sangre. Ojala fuese esa toda la sangre que tuviera que ver ese día.

Compuesta y sin novio

En la puerta de la iglesia todo el mundo se pregunta dónde está el novio y comienzan los cuchicheos y las especulaciones. Díaz se alegra, no le cae bien Fran, el novio. Tal vez porque trabaja para él y colabora en sus trapicheos. Elvira, su mujer, puede que se merezca un bala perdida como marido, pero su hija no.

Esto es un thriller y aún no ha aparecido el cadáver. Blanco y en botella

En la isla no todos asisten a la boda, hay quien aprovecha para bucear. ¿Será Fran? Los hay con cara. El submarinista entra en una oquedad rocosa y unos bloques sepultan la entrada. ¿Será una cueva? ¿Será Fran? Si ambas respuestas son afirmativas, ya puede esperar la novia. No sé si habrá salida, lo que sí hay es un cadáver.

¡Todos en pie!

Candela Montes (Candela Peña), una recién llegada a la isla que acaba de tomar posesión de la plaza de jueza, se persona en la playa y aprovecha para presentarse al equipo de la policía judicial que dirige el sargento Morata. Desde el primer momento, la jueza deja constancia de que es del tipo metomentodo.

El cuerpo tirado sobre la arena es el de Fran y no parece haberse ahogado. Presenta heridas compatibles con un machete, una de las herramientas más utilizadas por los trabajadores de las plantaciones de plátanos.

Candela tal vez piense que como bienvenida no está nada mal. Lo que seguro que piensa es que la policía judicial de la isla no debe estar muy preparada para casos como aquel, pero Morata trata de despejar sus dudas. Y es que los asesinatos en la isla no son muy habituales, pero no inéditos; el último se produjo hace algo más de cuatro años.

Está entre nosotros

Las noticias vuelan en El Hierro. Todo el mundo se conoce y no es el mejor lugar para guardar un secreto. Así que no es de extrañar que la comitiva nupcial se presente en la playa casi antes que la jueza. En una comunidad tan cerrada pronto cunde el miedo por la certeza de que el asesino deambula a sus anchas entre sus gentes. Es difícil aceptar que uno de los tuyos es un asesino. Tal vez un familiar, quizás un vecino. Siempre es más fácil si el sospechoso no es de allí y mucho más si no te cae bien. Tal vez hubiesen culpado a Candela de no ser porque es la jueza, así que el siguiente en la lista es Díaz.

El culpable perfecto

Díaz no es de allí, no le cae bien a nadie y cumplió una condena de diez años por un homicidio. ¿Alguien da más?

El mismo Díaz.

No tiene coartada para esa noche y hay un testigo que lo coloca en las inmediaciones de la escena del crimen.

A la una. A las dos. A las tres. Adjudicado.

Un hombre, una mujer y un destino

A partir de este momento comienzan dos carreras con un mismo objetivo: atrapar al asesino. La meta de Díaz es la de demostrar su inocencia, la de la jueza es la de detener al culpable del delito.

Son dos recorridos por vericuetos muy diferentes, carreras en las que pocos animan.

La carrera de él

Díaz tiene en contra a todo el mundo, incluidas su mujer y su hija. Tan solo cuenta con su abogado y con aquellos estómagos agradecidos a los que tiene comprados o sobornados. Alguna vez llega a una cuesta abajo, pero el recorrido tiene un claro desnivel positivo.

Inmune al desaliento, echará mano de todas sus argucias para intentar llegar a la meta. ¿Lo conseguirá?

La carrera de ella

Candela tampoco lo tiene fácil. Su costumbre de meter las narices en todo le ha granjeado cierto recelo por parte de sus colaboradores de la policía judicial. Tal vez esa manía sea la que ha hecho que sus superiores la hayan desterrado al territorio nacional más alejado de la península.

Su inadaptación a los ritmos de la isla tampoco ayuda. Como ejemplo está la obra de adaptación del cuarto de baño para Nico, su hijo. Nico vive postrado en una silla de ruedas y necesita una ducha acondicionada a sus necesidades. La obra se alarga más de lo que parece razonable y esto saca de quicio a la jueza.

Parte de la inoperancia de los obreros viene por una decisión que ha tomado Candela con respecto a la bajada de la Virgen. Una procesión que se celebra cada cuatro años y que está muy arraigada entre los herreños. Así que la jueza no solo se ha ganado la animadversión de los albañiles, sino también la de la secretaria judicial y la del resto de la población de El Hierro.

Esto no parece afectar a Candela. Toma las decisiones que cree mejores para la resolución del caso. No ha ido allí para hacer amigos y el apelativo con la que se la conoce así lo refrenda: la cabrona.

Un thriller en dos tiempos

Por ritmo y trama, la serie está dividida en dos partes. Una primera que engloba los cuatro primeros episodios y en las que los conocimientos del espectador van en paralelo con los del equipo investigador. Esta parte es algo más lenta de ritmo, pero plagada de las incógnitas que tanto se disfrutan en un buen thriller. La segunda se desarrolla en los cuatro últimos episodios y su ritmo aumenta a medida que se acerca a un final que transcurre durante la bajada de la Virgen. En esta segunda parte se desequilibran los conocimientos y eso me ha hecho perder interés, bajón en cierta manera compensado por otras incógnitas que van a surgiendo.

Es hora de dejar la isla

Me ha parecido interesante el papel que juega la isla. Esos parajes, en los que la vegetación lucha por su propia supervivencia, nos hablan de la dureza de sus gentes, de la hermandad que surge ante la adversidad, de cómo la piña que se forma se conjura ante lo extraño. El ambiente falto de oportunidades y endogámico está siempre presente, como el viento en la cima de la isla, ese viento que hace que las sabinas se plieguen.

Sabina de El Hierro

Las interpretaciones son creíbles, sobre todo la de Darío Grandinetti, que a pesar de su papel, no puedes dejar de sentir empatía y simpatía por el personaje. El papel de Candela Peña me resulta más cargante. Empeñada en asistir a todos los escenarios con una indumentaria inadecuada y un gran maletín con ruedas, casi siempre borde, dada poco a la relajación.

Como he dicho al principio, es un thriller sin demasiadas pretensiones, no trata de salirse de las sendas marcadas por otros; aun así funciona bien, aunque hubiese preferido que la primera parte se extendiese más. Es una buena opción para las calurosas noches veraniegas, las panorámicas de la isla y las vistas del océano nos harán soñar con las anheladas vacaciones.

Oigo la sirena del ferri, tengo que dejar la isla, pero no sin antes pedirte que si la ves dejes tus comentarios y si es posible me contestes a la siguiente pregunta: ¿no es extraño que los dos últimos asesinatos se produjeran poco antes de la bajada de la Virgen?

Apúntate a mi newsletter

Recíbe un adelanto de las novedades del blog.

Fuentes de imágenes

Fotografía de cabecera:
Autor: Jose Mesa
Título: Valle de El Golfo, desde el Camino de la Peña
Licencia: CC BY 2.0

Fotografía de sabina:
Autor: Eckhard Pecher 
Título: El Hierro Sabinar
Licencia: CC BY 2.5

También te puede interesar

0 comentarios

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre Protección de Datos

Responsable: José Javier Navarrete Marín
Finalidad: Gestión de los comentarios.
Legitimación: Consentimiento del interesado.
Destinatarios: Hosting: SiteGround Spain S.L.
Derechos: A acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos detallados en la información adicional.
Información adicional: Política de Privacidad

 

Pin It on Pinterest

Share This