Reseña de La mirada de la tortuga

Jon Arretxe

De profesión: perdedor

16/06/2022
Reseña de La mirada de la tortuga - Portada
FICHA TÉCNICA

 

Título: La mirada de la tortuga

Autor: Jon Arretxe

Nº de páginas: 208

Editorial: Erein

Fecha publicación: marzo de 2022

SINOPSIS

Touré llega a Madrid con los bolsillos llenos de joyas robadas en París. Sabe que con la venta de ellas podrá llevar una buena vida. Pero cuando desaparecen también lo hace esa vida apacible que pensaba llevar.

EL AUTOR

Jon Arretxe (Basauri 1963) es doctor en Filología Vasca, licenciado en Educación Física y ha completado, en los conservatorios de Bilbao y Vitoria, sus estudios de piano y canto. Desde el año 2004 reside en Arbizu (Navarra).

Este polifacético y exitoso autor tiene la creación literaria por oficio, ofrece conferencias sobre sus libros o viajes y, además, canta ópera.

Su incursión en la escritura fue a través de la literatura de viajes: 7 Colores, Tubabu, El sur de la memoria… aunque durante los últimos años se ha centrado más en el género negro. Ha publicado títulos como Shahmarán, Sueños de Tánger, La banda de Arruti… y, fundamentalmente, la saga de su detective-vidente Touré. Un personaje a través de cuyas andanzas el autor nos hace participes de las vivencias y penalidades de los «sin papeles».

Autor inagotable, también ha escrito literatura dirigida al público infantil y juvenil, con títulos como Hacia la Gran Muralla Los latidos de la Tierra.

José Javier Navarrete - blog de novela negra
JOSÉ JAVIER NAVARRETE

Un primer contacto

El viernes 27 de mayo, Jon Arretxe presentó La mirada de la tortuga en la librería Burma. No puede haber un mejor escenario para acoger este acto. Los dos dueños de ficción de esta librería tienen un importante papel en la trama de la novela que hoy vengo a reseñar.

En esa presentación tuve el placer de conocer a Jon y a su fantástico Mahamoud Touré, un detective-vidente originario de Burkina Faso. Esta es la octava entrega del personaje, pero es mi primer contacto con la serie; seguro que no será el último. He disfrutado de una novela de corta extensión, fácil lectura y, sobre todo, muy divertida; aunque muchos de los temas que se tocan, así como las peripecias del protagonista, inviten a pensar lo contrario. Pero Jon logra quitarle hierro al asunto con un tono humorístico que ilumina los rincones oscuros en los que transcurre la novela.

Si estás en mi misma situación y no has leído las entregas anteriores, no te preocupes, Jon es tan majo que en los primeros párrafos te pone en situación para que goces de igual manera. Pero si puedes empezar por la primera entrega, mucho mejor.

Un detective peculiar

Según el diccionario de la RAE, detective es: Policía particular que practica investigaciones reservadas y que, en ocasiones, interviene en los procedimientos judiciales. ¡Joder! Touré oye la palabra policía y seguro que le da un brote de urticaria combinado con cagalera galopante. Así que no. Definitivamente, Touré no es un detective según la definición de la RAE. Si Touré se entera de que le han llamado policía, esta octava sería la última entrega.

Touré tiene muy mala relación con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Sus experiencias con ellos han sido muy negativas, en esta entrega no es diferente. Tanto es así que Jon Arretxe se está planteando que en una próxima entrega aparezca alguno de sus miembros que no sea un hijo de puta.

El protagonista de la serie es un inmigrante sin papeles. Esta circunstancia es ya suficiente para que Touré quiera pasar desapercibido, mucho más si la policía está de por medio. Así que en ningún caso puede ser un detective al uso. De hecho, en La mirada de la tortuga la investigación que realiza es por interés propio.

En esta investigación cuenta con la ayuda de Sa Kené, su amiga y amante del barrio de San Francisco, en Bilbao.

Sa Kené, el recuerdo más delicioso que conservo de la época de San Francisco.

La pelirroja pone algo de cordura y frena la impetuosidad que suele regir las decisiones de Touré. También trata de buscar el punto medio entre el Touré ingenuo y el despiadado.

¿Y lo de la tortuga de qué va?

Aún tienes que esperar un poco para saber que pasa con la tortuga. Lo siento, voy a su ritmo. Es que con el calor que hace estos días no puedo ir a otro. O, tal vez, es que mi cerebro ya no me permite dar acelerones. ¡Vale, vale! Voy al grano y te cuento de qué va la novela.

Touré ha aterrizado en Madrid después de haber huido a un pequeño pueblo navarro y desde allí a París para hacer una gira choricera que le proporciona un rico botín en joyas. Si llegas a Madrid y no puedes guardar ese tesoro en una caja de seguridad, ¿dónde esconderías las joyas? Está claro, al menos para Touré, en el estanque del parque del Retiro. ¿A que lo de la tortuga va tomando forma?

Lo cierto es que la tortuga tiene forma de putada de las gordas. Si no tuviese esta forma no habría novela, mucho menos novela negra. Y es que cuando Cristina, Sa Kené, llega a Madrid desde Bilbao, Touré la lleva al parque del Retiro para enseñarle el tesoro y entonces se encuentran que las joyas han desaparecido. En la bolsa solo hay piedras y una tortuga que los mira con cara de despiste.

La tortuga tiene una inscripción en lo que les parece árabe, pero que después descubrirán que es hassanía, una variante del árabe magrebí que se habla en el Sáhara Occidental y Mauritania, lo que le hace pensar a Touré quien puede estar detrás del robo. A partir de este momento comienza la carrera por recuperar las joyas. Una carrera llena de obstáculos y sorpresas.

¿Y dónde dices que es la carrera?

Como ya he dicho, Touré llega a Madrid desde París. Esta elección no es al azar:

Esta ciudad puede ser tan apropiada como París para pasar desapercibido, aquí también es posible caminar tranquilamente sin llamar la atención, la población migrante es incluso mayoritaria en algunos barrios.

Dos barrios en los que se mueve Touré como pez en el agua son Puente de Vallecas y Lavapiés. En este último Touré vive en un apartamento de alquiler de una de sus típicas corralas. Se lo puede permitir gracias a las joyas robadas. Después de su desaparición, ¿hasta cuándo podrá estar en él?

Jon Arretxe retrata con habilidad estos ambientes alejados del Madrid de los turistas. Barrios atestados de personas con los mismos problemas que Touré:

Es agotador vivir siempre angustiados, siempre con el susto en el cuerpo, siempre bajo un dedo acusador, sintiéndonos como delincuentes cada vez que necesitamos ir a un ambulatorio, cada vez que tenemos que tramitar algo en la administración, cada vez que nos topamos con uno de esos controles que montan de repente en cualquier boca de metro…

Por eso allí se siente cómodo, es uno más y puede pasar desapercibido, mucho más gracias a la mascarilla impuesta por la pandemia.

Pero no solo están retratados los inmigrantes, también tienen cabida otros personajes del barrio. Vecinos que Jon ha invitado a su novela. Como es el caso de Erika Clash, una vedete del antiguo Pasapoga. Una vieja transexual que ha cambiado las plumas por botes de medio litro de cerveza. Siempre dispuesta a contar sus glorias pasadas, a veces a gritos. Al acabar la presentación de la novela estaba sentada en el banco que hay junto a la librería Burma. Ignoro si conoce que ahora podría contar que está dentro de las páginas de un libro.

También está Tony, el yonqui con la camiseta del Atleti y un gorro vietnamita que siempre tiene a la venta algún objeto. Y los dueños de la librería Burma, Ernesto y Charo, que malviven en el papel como muchos otros libreros lo hacen en la realidad. Al comenzar a leer la novela pensé que tendrían un papel testimonial, pero me equivoqué. Supongo que Alfredo y Chus, los libreros de la auténtica Burma, se lo habrán pasado genial siguiendo las peripecias de sus personajes.

Pero no todo es la ambientación.

Hemos venido a protestar

La mirada de la tortuga está repleta de denuncia social y esta se refleja en la calle. Así que nos encontramos con gente manifestándose contra la privatización de los servicios públicos de salud o con limpiadoras que protestan por las condiciones de mierda en las que se ven obligadas a trabajar. De entre estos luchadores de lo social hay que destacar a Manolo, presidente de la asociación Madrid Más Justo. Cachurri, que es como lo apodan, se convierte en un aliado de Touré.

Pero Jon también tiene tiempo para introducir el conflicto del Sáhara, Frente Polisario incluido, de la mano de Abdel, el peluquero de Touré en el Puente de Vallecas. Y esto lo hizo antes de que explotase el último episodio de esta historia. Leí en un artículo de Miguel Izu sobre la presentación de la novela en Pamplona que Jon dijo sobre esta anticipación: «Touré, que es vidente».

Aunque la mayor crítica social se descarga contra la situación de los inmigrantes. Retrato de auténticos perdedores. Personas abocadas a la pobreza:

“En eso consiste la vida de los tercermundistas del primer mundo, en sobrevivir mientras no surja nada mejor.  

En eso consiste la vida de los tercermundistas del primer mundo, en sobrevivir mientras no surja nada mejor.  

A veces a la delincuencia. Ocupantes eternos de la vía pública, de día y de noche. Moradores de hoteles de mil estrellas, como bien dice Jon en la novela.

Pero no solo nos habla de los africanos, en esta novela también tiene su papel la comunidad bangladesí, una de la más numerosa de Lavapiés. Lo cierto es que llevo muchos años comiendo en los restaurantes que publicitan comida india, yendo a las tiendas para comprar especias, y tiene que llegar Jon para decirme que sus trabajadores no son indios, sino que son originarios de Bangladés. Aunque lo importante y triste es que pertenecen a una comunidad que en su inmensa mayoría están siendo explotados.

No será la última

Hasta aquí ha llegado la reseña. Si hay algo con lo que quiero que te quedes de todo lo que he dicho es que me lo pasé en grande leyendo La mirada de la tortuga, algo que en los últimos tiempos no me sucede con facilidad. Sin duda volveré a mi ya querido Touré en el futuro, si es posible, a sus orígenes.

No me quiero marchar sin decir que como buena novela negra, es una novela de perdedores, porque incluso el que gana pierde. Ese regusto amargo puede resumirse en unos de los últimos parlamentos entre Touré y Tony, en el que el de la camiseta del Atleti le dice a Touré que a la gente como ellos nunca le pasan cosas buenas.

Tengo que agradecer a esta novela haber conocido a Jon Arretxe, fue un auténtico placer. Que no estuviese muy concurrida la presentación me permitió un mayor contacto con él, sobre todo durante las cañas y la cena posterior al evento. Por este motivo, me gustaría romper una lanza por las pequeñas presentaciones, sobre todo las que se celebran en librerías que necesitan de nuestro apoyo para seguir brindándonos un servicio que muchas veces menospreciamos. A los amantes de la novela negra de Madrid os invito a que visitéis la librería Burma, seguro que Chus y Alfredo os tratarán bien.

Como siempre, quedas invitado a dejarme tus comentarios. No te cortes y dispara.

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