Reseña de El cartero siempre llama dos veces

Tay Garnett

Antes muerta que sencilla

23/08/2019
Cartel de El cartero siempre llama dos veces
FICHA TÉCNICA

 

Título: El cartero siempre llama dos veces

Título original: The Postman Always Rings Twice

Año: 1946

Duración: 113 min

Dirección: Tay Garnett

Guion: Harry Ruskin, Niven Busch (basado en la novela de James M. Cain)

Reparto: Lana Turner,  John Garfield,  Cecil Kellaway,  Hume Cronyn,  Leon Ames, Audrey Totter,  Alan Reed

Productora: Metro Goldwyn Mayer

José Javier Navarrete - blog de novela negra

JOSÉ JAVIER NAVARRETE

¿Película de culto?

En esta ocasión traigo una película de culto, El cartero siempre llama dos veces de Tay Garnett. Esta película la vi hace unos cuarenta años y tenía de ella un buen concepto. Lo digo en pasado porque después de este nuevo visionado ya no es tan positivo, de hecho, no acabo de encontrar los motivos que la convierten en una película de culto. Pero no adelantemos acontecimientos, iré desvelando mis motivos para discrepar.

Te pongo en antecedentes

La película está basada en la novela homónima de James M. Cain, uno de los integrantes del hardboiled que encabezaban Hammet y Chandler. Fue publicada en 1936 y ha sido llevada al cine en múltiples ocasiones, aunque, curiosamente, las dos primeras fueron producciones europeas en lugar de estadounidenses. La primera fue una versión francesa titulada Le dernier tournant, película de 1939 dirigida por Pierre Chenal. Luego vendría una producción italiana dirigida por Luchino Visconti en 1942, Ossessione. La tercera es la que nos ocupa hoy y la cuarta, también estadounidense, es la que dirigió Bob Rafelson en 1981 y que protagonizaron Jack Nicholson y Jessica Lange. Esta última, que he tenido el placer de ver, me parece una versión mucho más creíble que la que hoy traigo al blog.

La inoculación del veneno

El juego que se traerán Cora Smith (Lana Turner) y Frank Chambers (John Garfield) comienza con la llegada de este al Twin Oaks, una gasolinera y hamburguesería en una carretera secundaria de Los Angeles, regentado por Nick Smith, el marido de Cora. Frank es un trotamundos que ha llegado hasta allí haciendo autostop en el coche del fiscal del distrito. El establecimiento lo recibe con un cartel en el que se lee que se necesita personal. Nick le ofrece el puesto y Frank le indica que es culo de mal asiento:

       —Verá, yo tengo un pequeño problema que me impide trabajar.

       —Parece muy sano.

       —Los pies. Se empeñan en andar por el mundo.

Pero eso cambia cuando aparece en escena Cora. Es una de esas entradas dignas de las divas de Hollywood, comparable a la de Rita Hayworth en Gilda, película que se estrenó el mismo año.

Esta presentación de Cora es maravillosa si nos abstraemos del contexto, es decir, olvidándonos de que se encuentra en un establecimiento de mala muerte en un rincón olvidado de California.

Los efectos secundarios del star system

La cara que pone Frank ante tal visión es impagable, pero como no ponerla. Quien iba a esperar que apareciese en aquel antro una mujer como aquella vistiendo unos shorts y un turbante, todo de un blanco impoluto. Tan solo se puede explicar porque el equipo de rodaje sucumbiera a las exigencias de la diva. Qué se le iba a hacer, cosas del star system. Todo el vestuario de la Turner chirría más que la carrucha de un pozo. Casi siempre de blanco, casi siempre desentonando con la ambientación. Pero no es solo el vestuario, maquillaje y, sobre todo, peluquería contribuyen a que la del pelo platino parezca siempre sacada de un book de modelo a pesar de que acabe de salir del mar.

Qué hace una chica como tú en un sitio como este

Frank no es un espectador del siglo XXI y se siente deslumbrado por tal aparición. El shock inicial sube enteros cuando descubre que es la mujer de Nick, un hombre bonachón con muchos más años que ella. Cora ha escapado de un pasado turbio y se ha refugiado en aquel matrimonio de conveniencia. Espera redimir sus pecados alejada del mundo en aquel lugar dejado de la mano de Dios, pero la llegada de Frank manda al traste sus propósitos de enmienda y da comienzo un pulso de pasiones en cuyo comienzo es Frank quien tira con más fuerza.

Seguimos con Burning. ♪♬ Mujer fatal, siempre con problemas

Cora parece oponer cierta resistencia, y digo que parece porque tanto podría ser una postura auténtica que rechaza una relación que a todas luces es irremediable, como una estratagema para hacerse de desear aún más. Esta duda me viene porque Cora se nos presenta como una mujer fatal, todo un cliché si mi sospecha de la estratagema es cierta, no tanto si su oposición inicial es verdadera. ¿Te imaginas a una mujer fatal con mandil y los pelos revueltos? Tal vez esto explique el chirriar de la carrucha.

Lana Turner y John Garfield en El cartero siempre llama dos veces

Lana Turner y John Garfield

Echo de menos algo

En la primera parte de la película deberían haberse desbordado las pasiones, saltar las chispas, haberse prendido fuego la gasolinera, tanta tensión contenida no es buena. Pero no, tal vez el miedo a la censura de la época nos deja con la miel en los labios, tan solo disfrutaremos de algunas pinceladas emocionales que nos permiten imaginar lo que bulle dentro de aquellas almas atormentadas por el deseo. La escena de la mesa de la cocina de la versión de 1981 rezuma más emoción que toda esta película.

El hielo se quiebra 

Las reticencias iniciales de Cora son vencidas por un rótulo de neón, el que consigue Frank para ella. En un alarde de manipulación, campo que parecía reservado a Cora, el trotamundos le ofrece en bandeja de plata lo que ella tanto deseaba y encima convence al marido de que todo el mérito ha sido suyo.

Qué buenos somos los hombres

Nick es tan inocente que, por no ver lo que se le viene encima, y en esta ocasión me refiero a las protuberancias craneales, alienta la cercanía entre la cerilla y la gasolina. Como no puede ser de otra manera, el fuego surge y a partir de este momento entramos en la fase en la que la dama despliega sus encantos y lleva por el mal camino al pobre de Frank. Es ese momento cliché, o potativo, en el que ella es mala, malísima, y él un pobre inocente que se deja arrastrar por una pasión irrefrenable. Como diría Justo, el personaje de Carlos Bassas:

 

       A los hombres se nos va la cabeza por un coño.

       Siempre ha sido así. Desde Adán.

       No es una justificación. Es una mala costumbre.

No te preocupes, no hay spoilers

Este es el punto en el que comienza la parte más oscura de la historia y la que reservo para mí con el objetivo de evitar spoilers. Me figuro que te imaginas la continuación de la historia, pero estoy seguro de que lo que ocurre al final te será mucho más difícil de suponer. He de decirte que este camino hacia el final tiene sus altibajos narrativos, como si hubiese existido prisa por acabar la película. 

Si quieres saber más tendrás que verla

No sé si después de esto te quedaran ganas de verla. Yo que tú lo haría, a pesar de todas mis críticas, disfruté de ella. Un clásico siempre merece una oportunidad, aunque solo sea para tener una opinión propia sobre el mismo, o incluso dos, ya sabes: El cartero siempre llama dos veces. Además, ¿cómo podrías dejarme tu comentario si no la ves?

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Fuentes de imágenes

Fotografía de cabecera:
Autor: Falkenpost
Alojamiento: Pixabay

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